viernes, 22 de junio de 2012

Madres de Verdad

Picture Ser madre es muchísimo más que tener un bebé. Para criar un niño y realizar todo el trabajo que ello implica hay que ser una madre de verdad. Es una labor que exige plena dedicación. La maternidad es lisa y llanamente trabajo arduo. Sin embargo, nunca se aprecia a las mamás como se debe. Quienes nunca se han puesto en su pellejo simplemente no se dan cuenta del trabajo que cuesta. Exige gran fe y, como se dice, arrimar el hombro.  Aun con las comodidades de la vida moderna, que alivian mucho el trabajo de llevar un hogar, criar niños es una tarea de jornada completa.

La labor de una madre exige la fuerza de Sansón, la sabiduría de Salomón, la paciencia de Job, la fe de Abraham, la perspicacia de Daniel, y el valor y la habilidad administrativa del rey David. David era un luchador, y para ser madre hay que tener espíritu de lucha. Por si fuera poco, también se necesita el amor de Dios, de eso no cabe duda.

El trabajo de una madre es prácticamente el más importante del mundo. Las madres de la próxima generación labran el futuro. El mundo del mañana lo modelan las madres de hoy, según la educación que brinden a sus hijos.

Los niños nos llevan a tomarnos las cosas en serio y nos estimulan a conducirnos bien y a hacer el bien, a darles buen ejemplo y a instruirlos en el camino en que deben andar. Nos damos cuenta de la gran responsabilidad de tener la vida de un niñito en nuestras manos y del hecho de que se va a convertir en lo que nosotros hagamos de él. Por eso es posible que la última y mayor influencia que recibamos en la vida provenga de nuestros hijos.

Los psicólogos dicen que los niños aprenden más en los cinco primeros años de vida que en todo el resto. Esos primeros años son, pues, importantísimos. No podemos esperar hasta que hayan cumplido esa edad para iniciar nuestra labor educadora. Todos y cada uno de los días que van pasando son importantes. Los padres no solo tenemos la obligación de velar por que nuestros hijos coman y duerman bien, gocen de buena salud, tengan ropa y estén protegidos, sino también por que reciban formación y enseñanza, estímulo mental e inspiración espiritual.

Vuelvo a insistir en lo importantes que son los niños para el futuro, y en lo primordial que es la labor de una madre. Dios bendice a toda madre que se entregue por entero a esos preciosos obsequios que Él le ha dado por la eternidad: sus hijos. Es más, sin duda la bendice a diario por medios que los demás ni siquiera pueden imaginarse.

Instruye al niño en el camino correcto y aun en su vejez no lo abandonará (Proverbios 22:6). Cuando hayan crecido, tus hijos se sentirán agradecidos de haber tenido una madre de verdad.

Moldeas el futuro

niñas felices La labor de una madre es la más importante que existe. Si dudas de ello, haz un simple sondeo: pregunta a varias personas quién ejerció la mayor influencia en ellas durante su niñez. Da igual que consultes a gente humilde o importante. La respuesta más frecuente será: «Mi madre».

Las madres de hoy en día -incluida tú- configuran el mundo del mañana. Cuando tus hijos crezcan, cambiarán el mundo. Puede que no ejerzan influencia en el mundo entero, pero sí en el mundo que los rodea, para bien o para mal. Es tu obligación conducir a tus hijos por buen camino.

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Los niños no nacen conociendo las virtudes. Tienen que aprenderlas.

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Para ser virtuoso, como para tantas otras cosas en la vida, hace falta mucha práctica. Cuando nos ejercitamos constantemente en las virtudes contribuimos a que echen raíces. Con el tiempo se convierten en algo natural; se vuelven parte de la personalidad.

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La familia es la escuela primera y más importante de moral. Es en el hogar donde el niño llega a conocer el bien y el mal mediante la formación y los cuidados protectores de quienes más lo quieren. Los maestros deben ser aliados en la empresa, pero no pueden ser sustitutos. Las escuelas no pueden reemplazar a los padres en la crucial tarea de moldear el carácter del joven.

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Enseñe a sus hijos a interesarse mucho en el bien.

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«Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él».
(Proverbios 22:6)

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Quizá te consideras insignificante en la vastedad del universo, pero estás creando el mundo en el que vivirán los niños del mañana. Cada decisión que tomas va forjando el legado que les dejaremos.

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Los niños de hoy son los líderes del mañana. La formación que los padres dan a sus hijos determina el futuro del mundo.

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Invierte en tus hijos: dedícales tiempo y atención, entrégales amor, pues ellos son el futuro.

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Lo que enseñas a un niño, con palabras o con actos, queda en él grabado eternamente.

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Haz hincapié en brindar a tus hijos la formación equilibrada que necesitan y merecen durante su infancia y juventud.

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Si das buen ejemplo a tus hijos en sus años formativos, forjarás con ellos lazos inquebrantables de amor y respeto; y cuando lleguen a adultos, te enorgullecerás de ellos.

Para una Madre Soltera

                                                                         Soy tu pastor

Hace falta mucho amor y generosidad para criar a una niña, y más cuando lo haces sola. Hay días en que te parece que es más de lo que puedes sobrellevar, que no puedes hacer las veces de madre y padre para ella. No obstante, sigues adelante, y eso me enorgullece.

Un día te alegrarás mucho de no haberte dado por vencida, de no haber dejado de amarla e instruirla lo mejor que podías. Cuando tu hija se haga mayor, al volver la vista atrás y recordar todo el amor y los cuidados que le prodigaste se sentirá muy agradecida y orgullosa de haber tenido una madre como tú.

Sé que además es difícil ser la principal fuente de sustento de tu familia. Quiero ayudarte y velar por ti. ¿Has leído el Salmo que dice: «El Señor es mi pastor, nada me faltará»? No quiero que te falte nada. Si oras y me pides ayuda, te indicaré qué hacer para pagar las cuentas y  me  aseguraré  de  que  tú  y tu hija tengan satisfechas sus necesidades.

Alguien en quien apoyarte

Los niños son una bendición enviada por mí. Cada uno de ellos es un reflejo especial de Mi amor. Nunca son un error. Yo los creo con amor y se los encomiendo a madres como tú, para que los amen y velen por ellos.

Has dado muchísimo de ti para cuidar de tus retoños y sigues haciéndolo. Quiero que sepas que veo y valoro todo lo que haces. Y quiero que sepas también que estoy a tu lado para ayudarte.

En muchas ocasiones no te sientes capaz de ser madre; pero si acudes a Mí, te lo haré más fácil. Es una tarea titánica, sobre todo cuando tienes que hacerla sola; pero Yo te ayudaré a superar los momentos difíciles. Te daré todo el amor y la paciencia que necesitas. Te concederé toda la sabiduría y comprensión que te hacen falta. Seré tu media naranja, alguien en quien apoyarte. Te ayudaré a tomar las decisiones difíciles.

Quiero formar parte de tu familia. En tu casa quiero ser el cabeza de familia. No tienes que sacar adelante a tus hijos sola. Estoy contigo para asistirte.

De que esta hecho un padre

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Un hogar amoroso.

hogar El amor tiene poder creativo. En una familia, el amor obra su magia propiciando actos de generosidad y ayudando a cada miembro a ver a los demás con buenos ojos. Todas las personas anhelan sentirse comprendidas, aceptadas y queridas por lo que son. El hogar es un ámbito que Dios ha creado donde se puede vivir así.

Naturalmente, hay cosas que en un hogar obran en contra del amor. Son los enemigos del amor, si se quiere. Por ejemplo, los desacuerdos entre padres e hijos y entre hermanos. Sin embargo, hay lacras más sutiles y, por ende, más peligrosas: el egoísmo, la pereza, la indiferencia, las críticas, los regaños, el desprecio, los pensamientos y comentarios negativos sobre los demás… Y hay otras. Los conflictos suelen iniciarse con incidentes pequeños y aparentemente inocuos: una excusa para no prestar ayuda, una discusión por una tontería, unas palabritas irónicas y denigrantes. Pero si no reconoces que el amor y la unidad de la familia están en juego, esas faltas se van arraigando hasta convertirse en malos hábitos que a la larga perjudican gravemente a todos.

No basta con salir del paso enviando a las partes en conflicto cada una a su rincón, o silenciando al irónico, o presionando al haragán para que dé una mano. Eso es atacar los síntomas, no la raíz del problema, que es la falta de amor. Lo único que cura la falta de amor es el amor mismo. Por eso, pide a Dios que lleve más amor a tu hogar. Entonces cultivar ese afecto por medio de pensamientos, palabras y acciones que lo manifiesten.

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Los niños recuerdan con mucha claridad, y los afectan de forma muy directa las actitudes de los padres, la manera en que estos los perciben y lo que piensan de ellos. Por eso, si constantemente se expresa fe con las palabras y se dicen cosas positivas del hijo, tanto ante él como ante los demás, y si se piensan cosas positivas de él, el efecto será bueno y positivo porque le infundirá fe y se ajustará más al concepto que se tiene de él y lo que se espera de él. En cambio, si se piensa o habla mal de él, ya sea de forma directa o indirecta, terminará teniendo un concepto negativo de sí mismo, no podrá ser feliz, se socavará su autoestima, se dificultará su desempeño y afectará la forma en que se vea a sí mismo. La fe engendra fe; las actitudes positivas fomentan más actitudes positivas tanto en uno mismo como en quienes lo rodean. Para que se manifiesten las mejores cualidades de una persona hay que tener fe en ella.

36 segundos...



Daniel y yo vivimos con nuestros cuatro hijos en el décimo tercer piso de un edificio en la ciudad de Taichung, en Taiwán. Huelga decir que el ascensor forma parte de nuestra vida cotidiana.

Había sido un típico día ajetreado. Había dedicado la mayor parte de mi tiempo y energías a entretener a los niños, darles de comer y evitar riñas entre ellos. Habíamos salido todos juntos —ni siquiera recuerdo para qué— y ya regresábamos a casa. Entramos al ascensor vacío, y uno de los niños apretó el botón. Se encendió el número 13 en el panel, y las puertas se cerraron.

—Niños, mamá y yo tenemos un importante anuncio — declaró mi marido en un tono que captó enseguida la atención de todos.

Yo no tenía ni idea de lo que iba a decir. Daniel es una persona espontánea. Siempre saca sorpresas de la manga, y nunca se sabe qué esperar de él. Por impulso, decidí enseguida acoplarme a su iniciativa y puse mi brazo en el suyo para agregar autoridad a lo que fuera a decir.

—Mamá y yo queremos que sepan que al cabo de catorce años de matrimonio todavía estamos total y absolutamente enamorados. Entonces se volvió hacia mí y me besó como novio en ceremonia nupcial.

Aquel gesto me tomó completamente desprevenida.

Los niños se rieron un poco y luego preguntaron: —Y ¿por qué ese anuncio es tan importante?

Daniel respondió que con tantos conflictos matrimoniales y tantos divorcios como hay hoy en día en el mundo, los niños necesitan saber que sus padres se aman. En ese momento miró a nuestro hijo a los ojos y le dijo: —El día de mañana, cuando te cases, debes tratar bien a tu mujer.

El timbre anunció el arribo al piso trece, y se abrieron las puertas del ascensor. Cuando entramos al departamento, los niños seguían chachareando y riéndose. Daniel y yo nos retiramos a nuestra habitación para disfrutar de unos momentos íntimos.

En los 36 segundos transcurridos entre la planta baja y el piso 13, Daniel nos unió como familia, nos hizo sonreír, le pasó a nuestro hijo una enseñanza para toda la vida e hizo que yo me sintiera de maravilla de pies a cabeza.  


Gentileza de la revista Conectate. Usado con permiso.

Hijos para la vida...

Extraído de un artículo escrito por Maria Fontaine

Una parte de ayudar a sus hijos a crecer y madurar es enseñarles a escoger bien en diversas situaciones y permitirles situaciones y experiencias con las que cobren vida las lecciones. Cuanto antes les enseñen a discernir y a decidir bien ellos mismos, más a salvo estarán y mejor preparados para las decisiones que solo ellos pueden tomar.

Un ejemplo práctico de esto se puede dar si tienen piscina. Puede que haga falta una cerca alrededor para evitar accidentes, pero también querrán enseñar a sus hijos a nadar, y con el tiempo ayudarlos a ser buenos nadadores. La valla es la protección inicial, pero al enseñarles a nadar los preparan para desenvolverse sin riesgos en el agua.

Estas lecciones de vida que no se pueden enseñar solamente en clase. Se aprenden con el tiempo, y exigen mucha comunicación, debate y experiencias para que los hijos entiendan y maduren en esos aspectos. Pero esas experiencias y enseñanzas los volverán más prudentes, fuertes, equilibrados, maduros, sagaces y comprensivos, y los equiparán mejor para la vida. La experiencia es buena para sus hijos y los prepara para la vida, si los ayudan a aprender de ella.

¿Qué significa preparar a los hijos para la vida? Significa ponerse a pensar en cómo ayudarlos a avanzar por las etapas naturales de crecimiento y desarrollo, conscientes y enterados de lo que pasan sus compañeros, y prepararlos para cuando tengan que encarar situaciones parecidas. Significa enseñarles a ser valientes en las dificultades y a encarar situaciones nuevas de forma responsable y con confianza. Significa que les enseñen a discernir el bien y el mal y a comportarse con integridad, autodisciplina, convicción, amor, tolerancia y fortaleza de carácter.

Esas son lecciones de vida que imparten a sus hijos porque son componentes de buen carácter que conformarán la brújula moral de sus hijos para la vida. Esas lecciones de formación del carácter les vendrán muy bien durante toda la vida, y los padres son los instructores clave para educar a sus hijos de esa forma, ya que al transmitirles sus convicciones y valores los ayudan a encontrar el rumbo debido para su vida. Vale la pena esforzarse para enseñarles a abrirse camino entre los aspectos negativos y cuestionables de la sociedad, a discernir con exactitud el bien del mal, y a fundamentar sus decisiones y actos en una ética y una perspectiva cristianas.

Los hijos en la actualidad enfrentan muchas influencias y las enfrentarán mucho más a lo largo de su vida. Les convendría tomarse un tiempo para descubrir a qué se enfrentan sus hijos sin que ustedes lo sepan. Podrían hablar con otras personas con las que se relacionen sus hijos y pedirles su opinión. Estar preparados es mucho mejor que llevarse una sorpresa desagradable, y si dedican tiempo a ello, piensan las posibilidades y las conversan, pueden estar mejor preparados para las diversas situaciones con que se puedan ver o se estén viendo ya sus hijos.

Es natural que a veces los hijos tomen decisiones no muy buenas o erróneas, porque están experimentando y aprendiendo a aplicar la formación que les han dado. Por eso, si ustedes participan activamente en su vida cuando ellos se topen con influencias diversas, y cumplen así su deber de aconsejarlos cuando tengan dudas y ayudarlos a determinar cómo pueden tomar buenas decisiones, les brindan una preparación constante. Es enseñarles a vivir a diario la teoría de su formación.

Concéntrense en ayudarlos a cultivar convicciones, enseñarles a decidir bien ante la presión social o si están en situaciones difíciles y abrir vías de comunicación para que ustedes puedan orientarlos a fin de que superen lo que vayan encontrando.

domingo, 17 de junio de 2012

REFLEXION PARA PAPA...

El abrazo del oso

Este cuento se refiere a un hombre joven cuyo hijo había nacido recientemente y era la primera vez que sentía la experiencia de ser papá.
A este personaje lo llamaremos Alberto y en su corazón reinaban la alegría y los sentimientos de amor que brotaban a raudales dentro de su ser.
Un buen día le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir del nacimiento de su bebé todo lo veía hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a notas musicales.
Así fue que decidió ir a un bosque; quería oír el canto de los pájaros y
disfrutar toda la belleza.
Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares, cuando de repente vio posada en una rama a un águila que lo sorprendió por la belleza de su plumaje.
El águila también había tenido la alegría de recibir a sus polluelos y tenía
como objetivo llegar hasta el río más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar y formar a sus aguiluchos para enfrentar los retos que la vida ofrece.
El águila al notar la presencia de Alberto lo miró fijamente y le preguntó: "¿A dónde te diriges buen hombre? Veo en tus ojos la alegría" por lo que Alberto le contestó: "es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco confundido".
El águila insistió: "Oye, ¿y qué piensas hacer con tu hijo?".
Alberto le contestó: “Ah, pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frío. Yo me encargaré de que tenga todo lo que necesite, y día con día yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; lo defenderé de los enemigos que pueda tener y nunca dejaré que pase situaciones difíciles”.
“No permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquí, para que él nunca se esfuerce por nada”.
Y para finalizar agregó: "Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe".
El águila no salía de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que había oído. Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miró fijamente y dijo:
"Escúchame bien buen hombre. Cuando recibí el mandato de la naturaleza para empollar mis hijos, también recibí el mandato de construir mi nido, un nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué? porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún día, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido”.
“Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio
esfuerzo para conquistarlo con todo, sus montañas, sus ríos llenos de peces y praderas llenas de conejos”.
“Si yo los abrazara como un oso, reprimiría sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruiría irremisiblemente su individualidad y haría de ellos individuos indolentes, sin ánimo de luchar, ni alegría de vivir”.
“Tarde que temprano lloraría mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridículos representantes de su especie me llenaría de remordimiento y gran vergüenza, pues tendría que cosechar la impertinencia de mis actos, viendo a mi descendencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas”.
"Yo, amigo mío", continuó el águila, “podría jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de entender su juventud, pero no participaré de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que abusen de mí en aras de este amor que les profeso".
El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguía confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte.
Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo el abrazo del oso.
Reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo solo sería por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera.
A partir de ese día, Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres.

sábado, 16 de junio de 2012

BRISAS DE CUNA....

Hay realmente pocas cosas en la vida que me llenen tanto como el entrar al cuarto de mis hijos cuando duermen, escudriñarlos dormidos y que el único ruido que se sienta sea el de sus respiraciones infantiles. Esta es una nota dedicada a esa sensación única. Todas las noches que compartimos juntos, los pongo a dormir con un beso, es el famoso beso de las buenas noches. Pero hay otro que le sucede cuando ellos ya están dormidos en sus camitas, el cuarto está oscuro y yo me dispongo a irme a dormir. A este beso no sabría como llamarlo, el de las buenas noches ya se los di. Entro a sus habitaciones cuidando no hacer ningún ruido y les doy un beso de esos que te ponen contento.

En esos cuartos donde hace unos minutos se escuchaban a veces gritos, otras veces rabietas, o risas, y siempre juguetes ruidosos, ahora hay calma. Solo se escucha el sonido de una brisa suave, la que produce la respiración de un niño. Por más que todos respiremos, lo vital de este acto es algo a lo cual no le prestamos demasiada atención. Ni siquiera somos muy conscientes de nuestra propia respiración. Soy de esos padres, como otros tantos millones, que nos gusta sentir y disfrutar de la suave armonía que genera el llenado y vaciado de esos pequeños pulmones. La placidez del descanso, la soledad del momento y los afectos calmos encerrados en una habitación infantil. Hacen de esos instantes algo necesario. Por lo menos para mí. A Gabby  le pasa lo mismo, peregrinamos al cuarto de nuestros hijos para tan solo tocarlos, para tan solo sentir el airecito de la vida, con la escusa de acomodar una cobija para poder confesarnos sobre la inmensidad del amor de un padre para con un hijo.
Hay veces que cuando cierto resplandor entra por la puerta me quedo ahí quieto mirándolos, agradeciendo esos momentos de paz, la paz que deviene de otros en los cuales lo ocupan todo en nuestras vidas. Miro a Gerardo y a Fhernanda  como antes los miraba en mis suenos... y me vuelvo profundamente creyente. Agradezco el haber tenido la Bendicion  de esas brisas cortas que ocupan la vida en cosas trascendentes.  
Estoy convencido que una parte de ellos, una parte de sus consciencias infantiles, percibe nuestra presencia, saben reconocer las caricias y las manos que acomodan la almohada y peluches. Me digo a mi mismo que los amo, y seguro de que en momentos así no pueden haber sueños que anulen la consciencia. Nos encontramos y nos comunicamos en ese limbo de los afectos en el cual solo se pueden expresar los padres y sus hijos. Planto mis labios en un cachete regordete que es probable que se pierda cuando crezca, siento su suave respiración más cortita que la mía, su olorcito a infancia y aventuras, y me invade el sentido de la vida. Muchas veces, y como para despedirme, con la palma de mi mano le acaricio suavemente el cabello, me voy alejando de los besos que ponen contento, como si necesitara de otros estímulos y otros con tactos.
Cuando nuestros hijos van creciendo y se vuelven adolescentes, y posteriormente adultos, estos instantes pasan a formar parte de los recuerdos de una paternidad temprana. Con cada hijo me voy dando cuenta de como extraño ese vínculo de los primeros años. Pero estoy tan convencido de que sienten nuestra presencia que yo aún percibo en mí las caricias y los besos de mi madre siendo apenas un recién nacido. Es muy probable que sea mi recuerdo más temprano, como para mi madre, o para mí ahora, esas brisas de cuna sean de los más bellos momentos vividos como padre.

miércoles, 13 de junio de 2012

Superheroe.

Que es un papa?

Un papá, lo que se llama papá, es un superhombre, porque puede responder con prontitud una pregunta sobre Biología, seguida de una de Matemáticas. Es un súper héroe que se disfraza de Superman y se desvela esperando que sus hijos regresen de la fiesta. Un papá es una combinación extraña de razón y sentimientos, es el que sabe decir no cuando es lo justo y sabe decir sí cuando es lo conveniente.
Un papá zapatea duro cuando cumple con su deber y anda de puntillas en la noche cobijando cuerpitos fríos.
Es el único de la casa que persigue un ratón hasta atraparlo, así se muera de miedo por dentro.
Un papá es un higo que parece duro por fuera y es puro dulce en su interior, es un director de orquesta, es el constructor de un nido, es el maestro de la escuela de la vida.
Los papás tienen la billetera llena de fotos, de tarjetas, de teléfonos, de citas, de compromisos, menos de dinero.


Un papá tiene mucho de mamá aunque tenga cuerpo de hombre. Si hay que cambiar pañales, los cambia, cuando el hijo llora, él es el refugio, cuando el hijo ríe, él es la compañía.
Ser papá es jugar en la vida el papel de rey, no de un reino; sino del amor, la comprensión y la razón.

Pronto estaremos celebrando el Día del Padre (que debe ser todos los días) así que Feliz Día del Padre desde ya a todos los que leen y comparten este ministerio.
Feliz día a mi padre, Oscar, por todo su amor y sacrificio: EL MEJOR DE LOS PAPAS, eso digo yo.

Edmonton, Ab. Canada 17 junio 2012
Tomado de: Meditacion Cristiana.

Te amo papa.

Papá:
La imagen de tu presencia esta siempre detrás de mis ojos; en todos los acontecimientos importantes de mi vida, en todas las decisiones que he tenido que tomar, en todas mis alegrías y en todos mis anhelos, siempre estás conmigo.
Eres como el eje que guía mis pasos.  Papá, tú eres la frontera de mis actos cuando salgo con mis amigos, eres el reglamento que se pregona en casa y que viene a mi memoria en el momento en que más te necesito.
En ese sentido siempre estás conmigo, pues eres la solución a todo lo que a mí me parece imposible.  Eres el modelo que a veces critico por fuera, pero que admiro por dentro; eres como el control que a veces hecho en cara cuando me creo toda un mujer, pero que luego las circunstancias me demuestran que realmente te necesito.
Eres el modelo fuerte, cariñoso, sabio, conocedor,solucionador de problemas.  Muchas veces te veo serio y adusto, pero otras tantas alegre y risueño, pero siempre con la misma actitud de padre cariñoso y comprensivo.  Eres el padre que siempre tiene tiempo para mí y todo lo que me parece importante siempre te interesa.  Eres la voz de mando, paciente y tolerante, pues nunca contradices las opiniones de los demás, sino que dejas que cada quién manifieste su punto de vista sin imponer tus propias ideas. 
En eso te complementas muy bien con mi mamá.  Eres el padre que conoce siempre los peligros antes que yo, eres quien me alerta, me previene y me pone en guardia.  Eres quién lee en mis ojos lo que a veces quiero ocultar y adivina de mi corazón lo que no quiero mostrar a nadie, y así, me vas enseñando poco a poco a crecer.  Papá, cuando triunfo en algo, te alegras como si fuese un logro tuyo, y con tu ejemplo, no me dejas que me envanezca, comprendiendo siempre que es fruto de mi esfuerzo y en función de ello lo mides, enseñándome que siempre hay que dar gracias a Dios, pues es de él de quién se recibe la ayuda necesaria. 
Cuando fracaso en algo, no me recriminas ni me acusas, al contrario, me orientas para comprender que hice mal, y con tu ejemplo, me muestras el rayito de luz que me permite seguir adelante, por el huequito que ha dejado Dios para que me reconstruya.  No recuerdo que jamás me hayas abandonado a mi suerte, pero tampoco quitas todo lo que me rodea en mi radio de acción para que descubra por mi misma las piedras del camino.  No me atas las alas, me enseñas a volar, no me amarras los pies, me enseñas a caminar, no me construyes el edificio, me pones los cimientos y me enseñas a usar las herramientas constructivas. 
No me educas a la antigua, pero tampoco me dejas hundir en el modernismo desenfrenado.  No me impides divertirme, pero me haces entender los niveles, los muros que llevo dentro para cuando sea necesario oponerme y defenderme.  Siempre buscas la manera de que nuestras vidas encajen, eres un hombre con cubierta dura, pero con una húmeda ternura que ablanda.  Eres ese hombre que parece inflexible, tenaz, inobjetable, pero por dentro llevas incrustado el oro en el corazón y las pinceladas de cielo en las ilusiones. 
Papá eres como un lazo que esta vinculado a mi vida, te quiero mucho y te admiro más, pues la carga que llevas es pesada y nunca te quejas, sino que la llevas como un honor confiado por Dios.  Estoy orgullosa de ti y le doy gracias a Dios por que seas mi padre. 


Feliz dia del padre, con amor para ti, Tus hijos: Gerardo y Fhernanda
Edmonton, Ab. Canada 17 junio 2012
Tomado de RENUEVO DE PLENITUD, Mexico.