viernes, 27 de enero de 2012

me enamore...



Eres tú el príncipe azul que yo soñé.
Eres tú, tus ojos me vieron con ternuras de amor.
Y al mirarme así el fuego encendió mi corazón
y mi ensoñación se hará realidad y te adoraré
como aconteció en mi sueño ideal.
Princesa Aurora
La Bella Durmiente.
Hoy quiero hablar de ese fenómeno electroquímico que llamamos enamoramiento, de acuerdo con muchos expertos en la materia, el enamoramiento es un proceso químico que puede durar desde tres días hasta tres años, cuando ocurre tenemos tantas endorfinas en el cuerpo que podemos volar, nuestra piel cambia y todo se vuelve radiante, sin embargo, de acuerdo a los entendidos en el tema: psicólogos, neurólogo y terapeutas de pareja en realidad estamos enamorados de una proyección de nosotros que no existe afuera, es decir el o ella no son reales, son sólo una creación de nuestra necesidad de enamorarnos.
Me gusta mucho la forma como lo describe Jorge Bucay  y Silvia Salinas, en el libro “Amarse con los Ojos Abiertos” donde plantean que cuando pasamos por el proceso de enamoramiento nos negamos a ver los defectos del otro y magnificamos todas nuestras virtudes en esa persona, además de mostrar para la persona que deseamos conquistar lo mejor de nosotros.
De acuerdo con Esther y Jerry Hicks en su maravilloso libro “El Vórtice”  si nos esforzáramos en ver las cosas buenas que compartimos con nuestra pareja probablemente reñiríamos menos, si recordáramos como tratábamos a nuestra pareja al principio, volveríamos a enamorarnos nuevamente de la misma persona, pero el punto es que en realidad enamorase y amar no es la misma cosa.
Amar es un compromiso en el que me involucro concientemente y voy construyendo la relación, cuando amo reconozco los defectos de la otra persona y reconozco así mismo mis propios defectos, acepto que las relaciones perfectas no existen y que las relaciones son para crecer como individuos y parejas,  entiendo que cada día la relación va teniendo cambios y que hay que afrontarlos preguntándonos constantemente, que cosas puedo aprender, en donde soy mejor si resuelvo ese punto en particular, y donde están mis propias zonas grises, pero lamentablemente esto no nos gusta.
Entonces nos enamoramos, terminamos con la relación en la que veníamos, o somos infieles y destruimos todo lo que hemos construido en una relación de años de construir poco a poco, para ir en busca de una nueva repetición del proceso de enamoramiento sin cambiar lo que esta dentro de nosotros, porque hacer el cambio interno requiere trabajo personal y entonces nos encanta la canción del príncipe Aladim
Yo te quiero enseñar
Un fantástico mundo
Ven Princesa y deja a tu corazón soñar
Yo te puedo mostrar
Cosas maravillosas
Ven Princesa y déjate llevar a un mundo ideal
Así la responsabilidad de mi crecimiento personal la tiene una persona externa a mi. Responsable de mi felicidad, decidimos entonces creer  en el  “Tú eres todo para mI”,  ó “Un mundo en el que tú y yo, Podamos decidir cómo vivir, Sin nadie que lo impida  sólo que eso no es posible, pues la única persona en el mundo responsable de mi propia felicidad soy yo y solo yo y mientras no decida sanar mis emociones seguiré buscando en mi  pareja sanar aquello que debo sanar yo misma.
En Constelaciones Familiares sabemos que todo aquello que no he resuelto con mis padres lo voy a traer a la relación de pareja para sanarlo, también sabemos que es muy fácil culpar a la pareja de lo que esta ocurriendo en nuestro interior, pero nuestra pareja no es mi papá ni mi mamá y no puede satisfacer lo que en su momento mis padres no pudieron, así que sólo me queda el trabajo de crecer como persona y sanar mis heridas, para poder ser feliz con y sin pareja.

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